Por el clima y los costos, la siembra de maíz genera interrogantes en la Zona Núcleo

Si no aparecen las lluvias, muchos productores no van a arriesgan y piensan guardar la semilla. ¿Qué pasa con los fertilizantes?

AGRICULTURA25/08/2023RedacciónRedacción
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El clima sigue siendo protagonista en Argentina. La falta de lluvias, que ya comenzó a afectar a los trigos implantados, ahora genera interrogantes de cara a la campaña gruesa. En la Zona Núcleo, la cuenta es clara: si el clima no cambia, muchos piensan no sembrar y guardar la semilla comprada.

Expertos de la Guía Estratégica para el Agro realizaron un relevamiento con productores y muchos coinciden en la necesidad de lluvias (por lo menos 50 milímetros). En caso de no concretarse ese volumen, se empezará a correr la siembra del cereal de la primera quincena de septiembre a la segunda o a la primera de octubre, para luego encarar definitivamente a maíz tardío. 

Otra preocupación en el sector incluye a los fertilizantes, teniendo en cuenta el aumento de costos que han registrado. “No hay quien quiera arriesgar. Si no hay una lluvia importante que dé cierta seguridad podría caer el área de maíz temprano”, advierten para los alrededores de Rosario hasta Aldao. 

En Carlos Pellegrini no sólo se necesitan al menos 20 mm para sembrar, sino la certeza de que continuará lloviendo para soportar la enorme carga de dinero y esfuerzo que significa volver a apostar por un cultivo tan caro tras la sequía feroz. 

En Piedritas (noroeste bonaerense) la intención de siembra del cereal depende de las lluvias de septiembre. La escasez de agua en los perfiles y el atraso en la llegada de las lluvias podría recortar más el área de maíz en la región, dejando la superficie por debajo de 1,5 millón de hectáreas implantado en la campaña anterior.

 Reservas de agua escasas

La condición de sequía, que predomina sobre el oeste de la zona núcleo, comienza a extenderse hacia el este. El elevado requerimiento hídrico provoca una enorme incertidumbre a días de comenzar la siembra de maíz temprano. 

En el centro-oeste del área GEA se requieren, en los próximos quince días, lluvias que logren dejar entre 60 a 120 mm en los suelos para alcanzar un estado óptimo en las reservas de agua, considerando el primer metro. Este escenario se vuelve más delicado si se considera que los pronósticos de corto plazo indican que la última semana del mes no muestran lluvias.

“La buena noticia es que el fenómeno Niño ha vuelto a fortalecerse. Las mayores probabilidades de reactivación de lluvias están dadas para el mes de octubre. Pero la incertidumbre se centra en lo que pueda pasar con las lluvias en septiembre y su impacto sobre la evolución de la siembra maicera temprana”, indicaron los especialistas.

 El precio y la disponibilidad de insumos

Una de las mayores preocupaciones del productor es saber si va a poder contar con los insumos que necesita, sobre todo fertilizantes. El precio es un tema, pero no contar con la disponibilidad en tiempo y forma despierta temor.

“Después del clima, la segunda preocupación es el aumento desmedido de los precios de los insumos y la faltante de los que son irreemplazables en el sistema de producción”, dicen desde Carlos Pellegrini y agregan con preocupación que ante estos cambios repentinos de precios y condiciones de mercado, es muy difícil poder calcular un margen adecuado: “hay muy poca previsibilidad en cuanto podrá ser el retorno de la inversión realizada”, dicen.

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