Fitosanitarios: “no faltan más leyes, lo que se necesita es aplicar y respetar las ya existentes”

La ciudad de Rafaela lleva adelante un debate que data de largo tiempo a esta parte y que en este año en particular podrá tener uno de sus mayores rounds, cuando el tema sea tratado por el Concejo municipal. Recordar que el proyecto de ordenanza que será tratado por el legislativo local, es impulsado por la concejal oficialista Brenda Vimo el cual plantea extender el límite agronómico de los doscientos metros actuales a mil metros. En el marco de este debate, muchas instituciones, autoridades y referentes en el tema han demostrado y expuesto sus posturas. En este sentido, quien no podía quedarse fuera del análisis, es quien representa a los trabajadores rurales que son quienes en definitiva se encuentran más expuestos a este tipo de productos por llevar adelante las aplicaciones o colaboran.
En diálogo exclusivo con CASTELLANOS, Hugo Perino, delegado del sector centro-norte santafesino de la Unión Argentina de Trabajadores Rurales y Estibadores, dejó clara su postura respecto al debate sobre fitosanitarios, al reconocer que la realidad no pasa por nuevas leyes u ordenanzas y apuntó directamente a la falta de controles en las medidas ya impuestas.
“Lo que se debe hacer es aplicar las reglas y que se respeten, no estoy de acuerdo con que se apliquen mayores límites, sostengo que con las herramientas que tenemos es suficiente para proteger a los trabajadores y a los vecinos. Si hablamos de que en Rafaela van a quedar más de mil hectáreas consideradas como inutilizables, para que sean lugares donde vamos a tener basurales a cielo abierto o matorrales de yuyo como ya tenemos hoy en día, me parece que antes que ésto la mirada debe pasar por otro lado, tiene que haber un comité de aplicación que haga cumplir las leyes y aquel productor que no respete o lleve adelante lo que no corresponda, deberá ser sancionado”, detalló claramente Perino.
En este sentido fue claro el ruralista al reconocer que en Santa Fe hay más de 3 mil aplicadores de fitosanitarios y que en los registros no se llega siquiera al 20% de ese total, por lo que sólo en este sentido “se presenta una gran falencia a solucionar. Primero veamos que cada arañita que circula cuente con todos los papeles, con esta simple acción ya se reduciría todos los problemas que tenemos. Debemos salir a corregir eso primero y luego con el tiempo veremos si hace falta algún otro punto en particular, pero hoy las leyes como están sólo deben ser aplicadas y que se lleven adelante como corresponda”. El gremialista reconoció que no sólo se trata de contar con un ingeniero que prepare la receta y acompañe en las aplicaciones, sino que insiste en que todos los trabajadores deben estar cuidados y protegidos, ya sea tanto en la parte laboral, como que se encuentre inscripto en las categorías correspondientes, como así también con los elementos necesarios para la protección en estos casos. 
Para llevar un ejemplo concreto del resultado de los límites agronómicos, Perino enumeró diferentes casos que dan cuenta de los resultados obtenidos como por ejemplo en la zona de la laguna de Fasoli, los campos de Néspoli o los campos pegados al jockey saliendo por la ruta 70, los cuales hoy se encuentran inutilizables por no poder llevar adelante la aplicación correspondiente. “Cómo puede ser que un productor agropecuario tenga que llevar a mantenerlos con gramilla ya que no pueden sembrar los alimentos pertinentes. Me parece que tenemos los elementos para proteger a los ciudadanos. Con esta situación del Covid, sumada la situación económica que atravesamos, me parece que no es para nada oportuno quitar trabajo o cerrar fuentes de empleo, sino que debemos animar e incentivar al productor a que produzca, por supuesto siempre cuidando la salud de las personas, pero antes de correr más los límites primero debemos fijarnos cómo se aplican o respetan las leyes que ya están”. En Rafaela puntualmente se realiza un acompañamiento, pero este ejemplo debe ser llevado a otros puntos, por lo que el gremialista rural insiste y reconoce que el Estado tiene que acompañar en este proceso y no delimitar mucho más aquellos terrenos productivos.