La cosecha de soja en Estados Unidos presenta un avance del 67% sobre el área, dieciséis puntos porcentuales por encima del promedio de las últimas cinco campañas y diez puntos porcentuales por encima del avance observado durante el ciclo previo.
Bolillera en soja: una oruga, varias caras
El monitoreo es fundamental. Depende el momento del cultivo que ataque la bolillera, el daño y el control son distintos.
15 de enero de 2024RedacciónEn su paso por la Agenda Aapresid, Mariano Luna (Rizobacter Argentina), habló de los tips para un control más efectivo de la isoca bolillera (Helicoverpa haletopoeon) en soja.
Luna asegura que condiciones de sequía y zonas con predominancia de leguminosas benefician la aparición de estas isocas. Antecesores como lentejas, arvejas y/o cultivos de servicios como la vicia aumentan las poblaciones de bolillera.
Esta isoca produce diferentes tipos de daños dependiendo el momento que ataque. Durante la implantación actúa como cortadora de plántulas. En la etapa de emergencia, la hembra ovipone en el cotiledón y/o primer foliolo y tras una semana, la larva nacida ingresa dentro de los folíolos y empieza a comer. Este daño puede ser insignificante, pero si las larvas poseen más de 1 cm puede cortar los brotes apicales con la formación de sojas tipo “candelabros". En etapas posteriores, se comporta como defoliadora.
“Pero el daño más peligroso es el consumo directo de granos, ya que a diferencia del resto de los lepidópteros, Bolillera se olvida completamente de las hojas cuando empiezan a aparecer las vainas, y van directo a comer los granos”, advierte Luna.
Umbrales de referencia para la toma de decisiones
En años normales, cuando la bolillera se comporta como cortadora de plántulas y/o brotes apicales el umbral es no más de 1 o 2 orugas por metro lineal. En años restrictivos hasta 1 bolillera/metro lineal.
En la etapa de defoliadora, en años normales, hasta 20% de defoliación y 5 orugas/metro lineal. En años restrictivos hasta el 10% de defoliación y 2,5 orugas/metro lineal.
En la etapa reproductiva jamás se toleran más de 0,5 bolillera/metro lineal. “Una bolillera cada 2 metros lineales es letal para el crecimiento y la producción de semillas” remarcó Mariano.
Calidad de la aplicación, otro pilar del MIP para bolillera
Lo primero, como siempre, es el correcto monitoreo, que en el caso de bolillera, implica recorridas de lotes semanales. Llegado el caso de tener que realizar un control químico, todo depende del estadio. En el periodo vegetativo de la soja esta plaga suele ubicarse en los estratos superiores del cultivo y la recomendación para la aplicación de insecticidas son 50 gotas/cm2.
“Pero cuando están ubicadas en las chauchas es difícil llegar con el insecticida hasta abajo”, precisa Luna. En esta situación es importante no solo el tamaño y cantidad de gotas sino también las condiciones del viento que determinan cómo se mueven esas gotas. “Para velocidades del viento por debajo de los 11 km.hora-1 la recomendación es gotas de 160 a 200 micrones; y para vientos entre los 11 a 20 km.hora-1, gotas mayores a los 200-250 hasta 300 micrones”.
El principio activo a utilizar también depende del momento de ataque de esta plaga. Al inicio del cultivo se pueden utilizar los piretroides ya que no hay problemas de llegada al objetivo. “Pero cuando la bolillera está dentro del brote apical es definitorio utilizar insecticidas de acción translaminar, como las Diamidas Antranílicas y el Benzoato de Emamectina”, explica Luna.
El Ateneo de la Sociedad Rural de Rafaela participó del encuentro nacional de jóvenes agropecuarios en Salta
Los días 12 y 13 de octubre, la Sociedad Rural salteña fue sede del Congreso de Ateneos CRA, que en esta oportunidad se desarrolló bajo el lema: “Buscando el norte y fortaleciendo nuestras raíces”.
La demanda externa impulsa los precios del maíz y la soja en el mercado de Chicago
A pesar del alivio por las lluvias, persisten preocupaciones sobre sequías y restricciones rusas. EE. UU. reporta fuertes ventas y una cosecha récord.
Con aumento en maíz y descenso en soja y sorgo. La soja se negoció a 302.000 pesos, el trigo a 205.000 pesos y el maíz a 180.000 pesos por tonelada.
Una oferta muy escasa, condicionada por las lluvias, favoreció el repunte del valor de la hacienda en Cañuelas
Ante una entrada de solo 2351 vacunos, el Índice General marcó una mejora del 4,29% respecto del miércoles, al pasar de 1711,256 a 1784,636 pesos por kilo, y un alza semanal del 2,52% frente a los 1740,762 pesos vigentes el viernes anterior
En el Mercado de Chicago, el trigo subió por malas condiciones de cultivos en EE. UU.
Mientras que el maíz repuntó tras el apoyo del trigo y la estabilización del petróleo. La soja cayó por mejores condiciones climáticas en Brasil.
Cotizaciones estables o bajistas en maíz y trío. El girasol se cotizó a 355.000 pesos y el maíz a 175.000 pesos por tonelada.